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Es justo, señalar que dichas ideas no tuvieron
amplia difusión en el país, el socialismo no pasaba de ser una idea
vaga ante la cual se producía una simpatía difusa o sobre todo un
visceral rechazo. Esto segundo es curioso pues, antes de que se
aclimatara el socialismo ya había una fuerte actitud
anti-socialista.
Los pudientes granadinos que iban a Europa volvían,
por lo común, con noticias alarmantes sobre los desmanes populares
en las revueltas sociales del viejo continente. Ese clima alarmista
fue aprovechado por las fuerzas políticas tradicionales para
obstaculizar el ascenso de los sectores radicales. Pero ni unos ni
otros tenían un real conocimiento de las principales doctrinas y
teóricos socialistas.
Las ideas socialistas en Colombia son casi
tan antiguas como las liberales o las conservadoras, aunque tomaron
mucho más tiempo en cristalizarse políticamente. Tenemos noticias
de su temprana aparición a mediados del siglo pasado al abrigo de
las Sociedades Democráticas, que no eran otra cosa que clubes
políticos en donde convergían intelectuales liberales y artesanos.
Era un socialismo utópico inspirado tanto por los eventos
revolucionarios de la Europa de ese momento como por el pensamiento
de reformadores franceses e ingleses de la talla de Fourier, Saint
Simón, Cabet y Owen. Era, por tanto, un socialismo ecléctico en el
que se exaltaban por igual los valores cristianos de solidaridad y
justicia, y las apelaciones románticas al pueblo como fuente de la
democracia. De hecho esas dos grandes tradiciones, la cristiana y la
liberal, marcarán al naciente socialismo colombiano hasta entrado el
siglo XX.
Veamos con claridad que es Socialismo
El
socialismo es una ideología que designa aquellas teorías y acciones
políticas que defienden en principio un sistema económico y
político, basado en la propiedad o posesión democrática de los
sistemas de producción y su control administrativo por parte de la
sociedad y sus integrantes; siendo ellos mismos productores o
realizadores de las actividades económicas (trabajadores y sociedad)
y del control democrático de las estructuras políticas civiles por
parte de los ciudadanos integrantes de esa sociedad; el socialismo se
realiza a través de la democracia que es su base. Por ello
normalmente el socialismo se asocia a la búsqueda del bien
colectivo, rechaza el neoliberalismo, cree en el principio de la
fraternidad social para el desarrollo en cooperación e incluso la
igualdad social, la redistribución de las riquezas para el
desarrollo social, la igualdad de las personas, rechaza la
discriminación racial y de sexo, la desigualdad social en cualquiera
de sus aspectos, proclama el respeto a libertad de pensamiento, el
derecho a la educación y a un trabajo digno. Ataca los principios
del individualismo, respeta los principios religiosos que no someta o
subyugue al individuo en ningún aspecto; cada cual debe buscar la
verdad universal. El Socialismo es respetuoso con los derechos
individuales que no dañen la economía colectiva; por esta razón
reconoce al individuo el derecho a la propiedad de los medios de
producción. Los movimientos socialistas, por lo tanto, reconocen la
igualdad de derechos de todos y la máxima amplitud de los mismos.
LA SOCIAL DEMOCRACIA. En el siglo XIX surgieron en Europa movimientos obreros que proponían la redistribución de la riqueza entre la población, el método para lograr esta redistribución era la revolución social. Frente a este socialismo revolucionario, la socialdemocracia nació a finales del XIX como un intento de conseguir la redistribución de las riquezas y una mayor igualdad social a través de elecciones democráticas.
La socialdemocracia se ha
mantenido más o menos alejada de las concepciones revolucionarias y
utopistas de otros movimientos de izquierda. Los socialdemócratas
defienden a ultranza la democracia occidental como sistema político
válido. En Colombia se organizó en la década de los 90 el Partido Socialdemócrata Progresista PSP.
En lo económico
defienden un capitalismo reformado y mas justo de beneficio hacia al
bien social. Para el social demócrata, aunque el capitalismo es el
sistema económico imperante y ha aportado beneficios indudables al
género humano, la tesis liberal de que el capitalismo genera por si
mismo felicidad a la mayoría del género humano es falsa. La
avaricia de los ricos o la desigualdad de oportunidades hacen que en
el capitalismo sin regulación surjan estratos de población de
desheredados que viven en la miseria. El estado debe velar por estos
sujetos más débiles y regular el mercado para subsanar estas
irregularidades. La socialdemocracia, junto con los conservadores, ha
sido una gran defensora del estado del bienestar, según el cual el
estado debe proveer a los ciudadanos de los servicios asistenciales
básicos. Este movimiento ideológico tiende a extender lo más
posible este concepto de “servicio asistencial básico” por lo
que suele ser necesario aumentar los impuestos para mantener los
servicios asistenciales.
Los autores de esta
corriente ideológica defienden en lo social la igualdad de
oportunidades para todos los ciudadanos independientemente de raza,
religión u orientación sexual. Por esto el programa socialdemócrata
suele acoger el reconocimiento de derechos para las minorías
(minusválidos, población LGTB, personas dependientes...) o para
colectivos marginados (inmigrantes, mujeres, etc.).
En resumen apoderar a quienes realizan la vida social y economía de
una sociedad en lugar de darle poder sólo a aquellos que puedan
comprar o concentrar el control de ella (e incluso elaborar
mecanismos para evitarlo de raíz), de ahí su carácter
originalmente anti-capitalista . En principio es a esto a lo que en
el siglo XIX en el contexto de un proceso de protocolización masivo
producido por el ascenso del capitalismo industrial, se denominó
movimiento socialista y en algunos lugares movimiento de reforma del
trabajo. Es un término político, que permanece fuertemente
vinculado con el establecimiento de una clase trabajadora organizada,
creada ya sea mediante revolución o evolución social o mediante
reformas institucionales, con el propósito de construir una sociedad
sin clases estratificadas o subordinadas unas a otras. La radicalidad
del socialismo no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino
más bien a los principios que se persiguen.
El
socialismo es, en síntesis, la teoría, doctrina o práctica social
que promueve la posesión pública de los medios de producción y su
administración también pública, en pro del interés de la sociedad
en general y no en favor de clases o grupos particulares.
Es común encontrar que
la gente tiende a establecer que comunismo y socialismo son lo mismo.
Dejo una pequeña síntesis que establece las diferencias, sin mas
pretensiones que eso, esclarecer y sentar una pequeña diferencia
para hablar del tema mas ajustadamente.
El Socialismo tiene sus orígenes en el movimiento obrero europeo.
La democratización de la sociedad y del Estado ha sido siempre su
meta política más importante: el Socialismo se realizará a través
de la democracia y la democracia es la base del Socialismo. A los
socialistas hay que llamarlos como socialistas democráticos se les
ha criticado siempre por formar parte de un movimiento político que
intenta cambiar las sociedades injustas y desiguales, la legítima
pobreza, el estado de subdesarrollo y la dependencia económica de
los pueblos de América Latina. Contra sus detractores, el Socialismo
expone en sus ideales: alcanzar una sociedad más justa, más libre y
más democrática. Estos ideales no son simple retórica llena de
teorías,de conceptos o teologías científicas, sino que configuran
la historia del Socialismo. Millones de mujeres y hombres en todas
partes del mundo han pensado y piensan en la transformación de las
condiciones sociales, para convertir los ideales en realidad. Existen
sin dudas ricas corrientes históricas del Socialismo en América
Latina. Basados en las experiencias históricas y especialmente en
las discusiones internacionales de las últimas décadas sobre la
teoría y praxis del Socialismo, es necesario recordar que no se
puede hablar de "el" Socialismo Democrático. Existen
varios conceptos, como resultado de las experiencias políticas e
históricas propias, que se traducen en la aceptación de
experiencias particulares en la definición del Socialismo. En otras
palabras, no puede existir un concepto unificado de Socialismo sin
Democracia, porque de lo contrario estaríamos ante un dogmatismo. En
este sentido, somos diferentes a los marxistas dogmáticos, que
explican toda la historia a través de "leyes históricas";
y somos diferentes a los neoliberales, que creen en las "leyes
del mercado" independientemente del hombre. El Socialismo
promueve la reflexión y la discusión permanente, la democracia,
como forma de auto-controlarse y de valorar sus conceptos y teorías
aplicadas.
La diferencia entre socialismo y comunismo
En el socialismo existen
diferencias entre los individuos pero esta se da en el fruto del
trabajo ya que la máxima del socialismo es "A cada cual de
acuerdo al trabajo realizado" esto es que quien trabaja mas,
gana mas, aparte la propiedad de los medios de producción es del
estado y no de los individuos.
Y en el comunismo se dice que "de cada cual según su capacidad a cada quien según su necesidad", esto es que cada quien va a trabajar de acuerdo a sus capacidades y se le otorgara lo necesario de acuerdo a las necesidades de cada familia, esto es que quien tenga mas hijos se le apoyara mas.
Pero lo principal de estos regímenes es que la propiedad es publica y no privada salvo lo que cada individuo obtenga por su trabajo.
COMUNISMO: Se puede rastrear el nacimiento del comunismo en los albores de la Revolución Industrial, ello debido al surgimiento de movimientos obreros que reclamaban en lo laboral y salarial. Máximos exponentes Marx, Friedrich Engels,Lenin y Trotsky.
SOCIALISMO: La ideología del sistema moderno del socialismo es el intento de reducir las diferencias económicas entre clases; para ello los países basados en ideologías socialistas tienen medidas para redistribuir la riqueza. Máximos Exponentes: Henri de Saint-Simon, Carlos Fourier, Étienne Cabet.
SEGÚN LA TEORIA
El socialismo es
evolución el comunismo es revolución. En la practica en la vida
real se demostró que el comunismo no funciona sino solamente con
terror persecución y obligatoriedad es decir la dictadura del
Estado. En la Unión Soviética impusieron el comunismo con cambios
de trabajo/gulag/fusilamientos y confiscaciones con mucha miseria y
al final se desmorono.
Socialismo humano democrático funciona bien en Suecia, Dinamarca y en otros países en cierta forma en Israel también en sus cooperativas y amplias leyes laborables. En Suecia funciona perfectamente la inversión y capital privada pagando altos impuestos pero funcionan el servicio social jubilaciones medicina pensiones etc.
En Inglaterra la medicina
esta socializada y hay muchas leyes protegiendo a los obreros y a los
viejos.
EJEMPLO DE DIFERENCIA
ENTRE REGIMENES
Tu compras una vaca: eso
es Capitalismo Compartes la leche de la vaca con tus vecinos: eso es
Socialismo.
El gobierno se da cuenta
que tienes una vaca y te confisca la vaca y la leche para
distribuirla entre la población: eso es Comunismo.
El gobierno se da cuenta
que tienes una vaca, te la quita, se toma la leche y mata la vaca:
eso es Fascismo.
Un candidato a presidente
del gobierno viene y te dice que no te preocupes que va a conseguir
muchas vacas y cada mes te va a dar 60 litros de leche para tu
consumo: eso es Populismo.
A mediados de los años diez la semilla del
socialismo fructificó en un terreno abonado tanto por el surgimiento
de organizaciones "obreras" como por la creciente agitación
social que se presentó en el país a finales de la primera Guerra
Mundial. Las organizaciones obreras comenzaron a modificarse a
principios de siglo al abandonar el privilegio de la caridad que
brindaban las sociedades de mutua ayuda.
Así surgió en 1904 la Unión de Industriales y
Obreros (UNIO) que abogaba por políticas proteccionistas en favor de
artesanos y empresarios. En 1910, por impulso de dicha organización,
se formó un efímero Partido Obrero en Bogotá que contó con
simpatías artesanas y liberales. Su programa era, de nuevo, el
proteccionismo estatal en los moldes esbozados por Uribe Uribe. Estos
intentos de formar agrupaciones políticas independientes fueron
continuos en los primeros decenios, pero rápidamente decayeron.
Finalmente, en 1919 esos esfuerzos cristalizaron en una organización
de carácter nacional, el Partido Socialista.
Era un socialismo moderado que rechazaba las vías
violentas de acceso al poder, respetaba la propiedad privada y los
fueros del capital y proclamaba una transformación social por la vía
de la redistribución de ingresos. Predicó la necesidad de alejar a
los trabajadores de los partidos tradicionales, en especial del
Conservador, y de la influencia clerical. En el plano internacional
simpatizaba más con el laborismo inglés o la socialdemocracia
alemana que con el bolchevismo. Sin embargo, por tratarse de una
organización pluralista, permitió en su seno expresiones de
adhesión a la revolución rusa e incluso de simpatía con la causa
anarquista. Organizativamente funcionaba más como una federación de
núcleos locales que como una asociación rígida centralista.
A pesar del espíritu moderado y conciliador que
presidía al Partido Socialista, su presencia en las elecciones para
cabildos municipales de finales de 1919 preocupó mucho a los
partidos tradicionales. En poblaciones como Medellín, Girardot,
Segovia, Ambalema y Cisneros logró sustanciales votaciones que
arrancaron esos congojes del control bipartidista. En 1921 tuvo
cierto éxito en los puertos del río Magdalena e incluso eligió un
representante a la Cámara.
Mientras tanto el temor al socialismo por parte de
las elites se acrecentaba no sólo por esos aislados avances
electorales, sino por la agitación social que conmovía al país.
Aunque las huelgas se conocían en Colombia desde febrero de 1910,
cuando los braceros de Barranquilla salieron a las calles para
protestar por el abrupto descenso de sus jornales, fue a fines de ese
decenio cuando hicieron presencia pública.
En 1919 hubo 15 huelgas, cifra que subió a 31 en
1921, para luego estabilizarse en un número cercano 10 a lo largo
del decenio de los veinte. Las estadísticas no son impresionantes si
se comparan con otros países de América Latina en esos años, pero
para la sociedad colombiana eran suficientemente alertadoras e
indicaban un despertar social desconocido hasta el momento en el
país. Las demandas obreras tampoco eran desproporcionadas, pero
ponían el dedo en la llaga sobre el tradicional descuido de las
elites empresariales y del Estado con relación al problema laboral.
Los sectores más combativos eran los vinculados a los medios de
transporte, en especial en el río Magdalena. Por algo esta arteria
vial fue catalogada como el "cordón rojo" del país en esa
época.
El socialismo reformista de 1919 languideció luego
de los avances electorales de sus inicios. En parte ello se debió a
la actualización programática del partido liberal en los
convenciones de Ibagué (1922) y Medellín (1924). El liberalismo
adoptó falsamente puntos de la plataforma socialista, sobre todo en
torno a la intervención estatal, e incluso llegó a proclamar, como
lo hacían los partidos marxistas de la época, "la lucha contra
la explotación del hombre por el hombre". Cuando en 1922 el
partido liberal lanzó la candidatura del general Benjamín Herrera,
el socialismo criollo en un momento de desesperación política
decidió adherirse a ella con lo que prácticamente se disolvió.
Las ideas socialistas, sin embargo, no
desaparecieron. Diversos núcleos intelectuales, ubicados entre la
bohemia y la preocupación social, leían panfletos anarquistas,
comunistas, informaciones de prensa sobre los avances de la
revolución rusa y uno que otro texto sencillo de Marx o Engels. No
había aún una lectura rigurosa y académica de la literatura
socialista. En una de esas tertulias, alrededor de un ruso con oscuro
pasado, Silvestre Savinsky, se formó el primer grupo comunista del
país en el que figuraban prestantes miembros de la elite. Otros
inmigrantes formaron grupos socialistas con obreros y campesinos como
el italiano Vicente Adamo en Montería o el griego Evangelista
Priftis en Neiva. Pero definitivamente la difusión de las ideas
socialistas en el país ocurrió por medio de activistas criollos,
aunque algunos recibían correspondencia del extranjero, otros,
periódicos españoles o argentinos, y otros fueron iluminados por
ciertos grupos de teatro y opera que predicaban ideales de justicia e
igualdad. La publicación de algunos periódicos como El
Socialista, Vía Libre, El Luchador o La Humanidad también
sirvió de correa de transmisión de esas ideas, que por lo general
eran una mezcla ecléctica de marxismo, comunismo, anarquismo y
diversos socialismos más moderados.
No faltaron quienes reflexionaran en el marco de la
universidad sobre las ideas socialistas.
Tal fue el caso de Jorge Eliécer Gaitán, quien en
su tesis de grado en 1924 se proclamó socialista y aceptó casi
todos los postulados del marxismo. En lo que difirió fue en la
alternativa política. Para Gaitán la revolución no estaba al orden
del día; lo que se imponía era una transformación pacífica al
abrigo del partido liberal. De hecho fue siempre consecuente con esta
estrategia, salvo a principios de los años treinta, cuando
temporalmente se alejó para crear la Unión Nacional de Izquierda
Revolucionaria (UNIR). Por la proliferación de discursos
sociales fue evidente que el socialismo había dejado de ser un vago
concepto medio cristiano medio liberal para adquirir fisonomía
propia.
En
las condiciones de agitación social descritas, se realizaron tres
congresos obreros entre 1924 y 1926 de los cuales surgió el Partido
Socialista Revolucionario. Como su nombre lo indica, el PSR
intentó diferenciarse de su predecesor insistiendo en su carácter
revolucionario. Formalmente adoptó los puntos que Lenin había
consagrado para toda agrupación comunista, aunque no se designó en
esa forma. En realidad el PSR fue un partido distante del leninismo,
pues no estaba organizado en células y su ideología oscilaba entre
un marxismo burdo, un anarco-sindicalismo militante y veladas
afinidades liberales. La táctica insurreccional en la que se empeñó
para derrocar al conservatismo segó la vida de valiosos dirigentes y
lo aisló hasta dejarlo convertido en una pequeña minoría, que en
1930 se convertiría en el Partido Comunista de Colombia.
Con
el tiempo, los gobiernos liberales de los años treinta y principios
de los cuarenta, lograron integrar a esas diversas agrupaciones de
izquierda, incluido el partido comunista, que ante la amenaza
fascista decidió aliarse con los sectores burgueses más
progresistas. Al abrigo de esta alianza política se pudieron gestar
organizaciones gremiales como la Confederación de Trabajadores de
Colombia (CTC) e impulsar medidas reformistas que fueron de buena
aceptación por parte de los obreros. La amenaza de una insurrección
de izquierda disminuyó y más bien el temor de acciones subversivas
venía de los sectores de derecha.
Las
ideas socialistas, sin embargo, seguían siendo marginales en el
país, pues no traspasaban la minoría intelectual u obrera que las
profesaba. Lo que predominaba era un liberalismo de brotes de un
difuso populismo.
El
anarquismo había sido abandonado por los pocos núcleos que lo
proclamaron en los años veinte. El marxismo era adoptado más como
ideología de unificación política que como pensamiento creativo.
De hecho, hasta ese momento pocos activistas habían leído las obras
de Marx o Engels y menos aún las tomaban como guía teórica para
adelantar un pensamiento propio como el que pudo generar en Perú
José C. Mariategui. Intelectuales como Antonio García o Luis E.
Nieto Arteta, quienes curiosamente no se declaraban marxistas, fueron
los primeros en acercarse a obras como El Capital. El resto se
contentaba con panfletos o textos agitacionales, no de los clásicos
sino de sus divulgadores. Por ello las ideas socialistas quedaron
atrapadas entre un rígido dogmatismo y un fácil eclecticismo, sin
que uno u otro se tomara en serio su estudio y desarrollo adaptado a
nuestra realidad.
En
1945 la alianza de la izquierda con el liberalismo llegó a su fin
con el creciente clima de Guerra Fría que invadió al continente. El
ascenso del gobierno conservador al año siguiente acabó por enfriar
esa relación a pesar de que aún había mucha agitación social.
Parte
de ella fue recogida por Gaitán, quien en una posición pragmática
habló menos de socialismo y más de reformas inmediatas que buscaban
fortalecer al conjunto de pequeños propietarios rurales y urbanos.
El
partido comunista, el único sobreviviente de los múltiples grupos
de izquierda, se encontró en orfandad política y tuvo que repensar
su estrategia y su ideología. En el clima de la posguerra, con una
Unión Soviética agigantada, la única salida era volver a la
ortodoxia leninista cuyo gran pontífice era Stalin. Eso le costó
divisiones y nuevos aislamientos, que se acrecentaron cuando la orgía
de violencia se ensañó en campos y ciudades. Por esas fechas,
gentes de izquierda o simples liberales fueron asesinados por fuerzas
armadas institucionales o paramilitares.
Esta
violencia desatada por fuerzas armadas institucionales y los
paramilitares del seno del partido Conservador; desatan la violencia
en Colombia; La demandada era Trust norteamericano United Fruit
Company, cuyos directivos sordos a las demandas de los obreros
solicitaron la presencia de la fuerza pública. El Ejército y demás
organismos armados del Estado colombiano, amparados en una ley
marcial, asesinaron entre diciembre de este año y los primeros meses
de 1929 a más de 3 mil personas.
Antes de la huelga, los obreros confiaron en la posible ecuanimidad de las fuerzas armadas, sometidas desde años anteriores, a un cacareado proceso de “profesionalismo”. Demostrado lo contrario, los trabajadores recurrieron a desesperados mecanismos de autodefensa y entre otras cosas, arrebataron armas a los guardas privados y a los policías para no dejarse matar impunemente por una soldadesca que disparaba contra pacíficas concentraciones, torturaba y asesinaba a dirigentes y activistas sindicales.
Antes de la huelga, los obreros confiaron en la posible ecuanimidad de las fuerzas armadas, sometidas desde años anteriores, a un cacareado proceso de “profesionalismo”. Demostrado lo contrario, los trabajadores recurrieron a desesperados mecanismos de autodefensa y entre otras cosas, arrebataron armas a los guardas privados y a los policías para no dejarse matar impunemente por una soldadesca que disparaba contra pacíficas concentraciones, torturaba y asesinaba a dirigentes y activistas sindicales.
Un
joven legislador liberal, Jorge Eliécer Gaitán, que visitó la
región, presentó a mediados de 1929 en el Congreso, pruebas más
que suficientes contra el desatino del gobierno conservador de la
época. Demostró lo justo y razonable de las demandas de los
trabajadores; y que se había utilizado “ilegal e irracionalmente
al Ejército contra de ciudadanos colombianos para proteger los
derechos, la propiedad y los intereses de una empresa comercial
extranjera”. En lo adelante, este joven congresista sería quien
encabezaría una profunda campaña contra los abusos de las compañías
extranjeras y la defensa de las víctimas de la violencia en la
Colombia rural. Ésta última estaba cimentada en el atraso cultural
y el fanatismo, alimentados por los caudillos conservadores y la
misma Jerarquía Eclesiástica. Los campesinos protagonizaban
verdaderas “vendettas” de aldea contra aldea, con la complicidad
del Ejército y funcionarios locales.
El
latifundio se extendía a costa de los desplazados que preferían
deshacerse de la propiedad por un precio ridículo o simplemente
abandonarla para salvar sus vidas. Los representantes diplomáticos
de EU, entre los que se encontraron Artur Bliss Blane, el mismo
involucrado en la muerte de Sandino en 1934, justificaban los excesos
del Ejército colombiano, en tanto protegían intereses y vidas
norteamericanas. Esta situación empezó a cambiar por dos razones,
al desarrollarse un amplio proceso organizativo en los sectores
populares por parte del Partido Comunista de Colombia (PCC, fundado
en 1924). Las luchas sociales contra el sistema se incentivaron en
los centros urbanos, los enclaves de las compañías norteamericanas
y los movimientos campesinos, que desde esos años se vieron
obligados a asumir la modalidad de autodefensa armada, adquirieron un
contenido político-ideológico.
Mas la peor amenaza para este sistema y la esperanza para la solución de esta oscura situación en la sociedad colombiana, estaba en manos del otrora joven congresista Jorge Eliécer Gaitán, convertido hacia 1948 en el máximo dirigente del Partido Liberal y en el virtual ganador de las siguientes elecciones de 1950. Gaitán, un abogado y politólogo de filiación liberal, cuya Tesis doctoral había sido sobre “Las ideas Socialistas en Colombia”, desde su ingreso a la política, demostró una valentía sin par al denunciar los abusos de las compañías extranjeras contra los trabajadores, y la conducta criminal de las fuerzas armadas a favor de estas mismas transnacionales y de los terratenientes. Acumulaba a su favor muchas ventajas su experiencia y prestigio como funcionario público durante los gobiernos liberales de 1934 a 1946. En las elecciones de 1946, como candidato presidencial de una fracción del liberalismo (el Partido Liberal Reformista), presentó un programa en cuyo contenido planteó la realización de profundas reformas políticas y sociales, pero sobre todo eliminar la violencia política.
Mas la peor amenaza para este sistema y la esperanza para la solución de esta oscura situación en la sociedad colombiana, estaba en manos del otrora joven congresista Jorge Eliécer Gaitán, convertido hacia 1948 en el máximo dirigente del Partido Liberal y en el virtual ganador de las siguientes elecciones de 1950. Gaitán, un abogado y politólogo de filiación liberal, cuya Tesis doctoral había sido sobre “Las ideas Socialistas en Colombia”, desde su ingreso a la política, demostró una valentía sin par al denunciar los abusos de las compañías extranjeras contra los trabajadores, y la conducta criminal de las fuerzas armadas a favor de estas mismas transnacionales y de los terratenientes. Acumulaba a su favor muchas ventajas su experiencia y prestigio como funcionario público durante los gobiernos liberales de 1934 a 1946. En las elecciones de 1946, como candidato presidencial de una fracción del liberalismo (el Partido Liberal Reformista), presentó un programa en cuyo contenido planteó la realización de profundas reformas políticas y sociales, pero sobre todo eliminar la violencia política.
Al
fallecer de muerte natural Gabriel Turbay, el caudillo tradicional
del liberalismo a inicios de 1948 Gaitán
se
convirtió en el máximo líder del Partido Liberal. El Partido
Conservador que había rescatado el poder en las elecciones de 1946,
representaba a la tradicional clase terrateniente. Su caudillo,
Laureano Gómez, un fascista confeso partidario del Franquismo
español, consideraba con sus ultramontanos seguidores que la
solución del país estaba en establecer un régimen corporativista,
y que había que luchar por todos los medios contra la “amenaza
comunista” que representaba Gaitán, el PCC y todo lo que oliera a
reformas del sistema político. Nunca
el Conservatismo puede hablar de Socialismo en sus entrañas ya que
solamente es el individualismo puro.
El
método más común de este partido era el uso de una campaña de
miedo en los medios de difusión y el uso de paramilitares, quienes
ejecutaban asesinatos selectivos y masivos de sus adversarios,
principalmente en las áreas rurales. Esta práctica brutal se
incrementó a partir de 1946, en que gracias al fraccionamiento
liberal, asumió la presidencia el conservador Mariano Ospina
Pérez.
Las víctimas se contaban por millares. Sin embargo, esta fuerza política estaba en franco desgaste, en contraste con el fortalecimiento del liberalismo y el liderazgo de Gaitán, quien a diferencia de los demás caudillos oligarcas, provenía de las clases medias y desde 1928 había mantenido un constante vínculo con las clases populares, con las víctimas de la violencia, para quienes creó organismos de atención social sin distingos partidistas. Su honestidad y fácil oratoria le abrieron espacios más allá del partido, llegando a tener entre sus partidarios a jóvenes oficiales del Ejército y mandos policiales. Respondió a la violencia organizando grandes movilizaciones políticas en todo el país, y aunque estaba adscrito al liberalismo, pretendía romper con el predominio de las paralelas históricas y la ingerencia norteamericana. Su programa era más cercano a lo que él y sus seguidores llamaron “Socialismo Democrático”. Esto le granjeó el odio de la oligarquía terrateniente conservadora, la desconfianza de los mismos oligarcas y burgueses liberales, y por supuesto, el rechazo de los círculos de poder en los EU. Los que basados en la óptica “Mccartista” veían en Gaitán un agente del “comunismo internacional”. Todo esto a pesar de que el mismo caudillo guardara prudente distancia de los comunistas locales.
Las víctimas se contaban por millares. Sin embargo, esta fuerza política estaba en franco desgaste, en contraste con el fortalecimiento del liberalismo y el liderazgo de Gaitán, quien a diferencia de los demás caudillos oligarcas, provenía de las clases medias y desde 1928 había mantenido un constante vínculo con las clases populares, con las víctimas de la violencia, para quienes creó organismos de atención social sin distingos partidistas. Su honestidad y fácil oratoria le abrieron espacios más allá del partido, llegando a tener entre sus partidarios a jóvenes oficiales del Ejército y mandos policiales. Respondió a la violencia organizando grandes movilizaciones políticas en todo el país, y aunque estaba adscrito al liberalismo, pretendía romper con el predominio de las paralelas históricas y la ingerencia norteamericana. Su programa era más cercano a lo que él y sus seguidores llamaron “Socialismo Democrático”. Esto le granjeó el odio de la oligarquía terrateniente conservadora, la desconfianza de los mismos oligarcas y burgueses liberales, y por supuesto, el rechazo de los círculos de poder en los EU. Los que basados en la óptica “Mccartista” veían en Gaitán un agente del “comunismo internacional”. Todo esto a pesar de que el mismo caudillo guardara prudente distancia de los comunistas locales.
El
asesinato de Jorge
Eliécer Gaitán ha constituido hasta hoy un misterio en torno a los
motivos y los autores, ello no puede explicarse sino por el hecho de
que los implicados en el crimen se las arreglaron para embrollar el
asunto desde el principio, enredar la investigación y desviar las
pruebas hacia un autor solitario en lo intelectual y en lo material:
Juan Roa Sierra.
La
prensa Colombiana
como
siempre ha
sido
promotora
de
las
políticas
de
las
derechas
y
de
las clases
dominantes del
País
al salir
de
nuevo
en
circulación
después del
9 y 10
de
abril
Reaparecieron el 11. El
Tiempo
dice en su titular de primera página a ocho columnas y 72 puntos
“Bogotá está semi-destruida”.
Era una semi verdad. Bogotá estaba destruida, como estaba destruida
la vida democrática de Colombia. Las llamas del nueve de abril no
sólo consumieron los tranvías y las joyas arquitectónicas de la
ciudad, sino que redujeron la esencia democrática del país a
cenizas de violencia que se han esparcido por más de medio siglo,
como lo había advertido el propio Gaitán al pronosticar, días
antes de su muerte, que si era asesinado Colombia se ahogaría en
torrentes de sangre por los próximos cincuenta años.
La
guerrilla Colombiana es pues el efecto de esta
causa principales.
Estas se han entrecruzado
de manera paralela con las dinámicas sociales y regionales que les
aportaron el
tejido social sobre la cual se desenvolvieron. El primero fue la
violencia política desatada desde el mimo estado y su estamentos
institucionales, patrocinado desde el exterior, aquí primo el
esfuerzo y la decisión política de iniciar procesos de construcción
de una fuerza militar distinta al Estado para la defensa de su vida
y bienes de tal manera se debía de combatirlo, y disputarle por ende
su preponderancia sobre la sociedad y eventualmente suplantarlo. La
segunda causa es de origen social, primando acá, las luchas por la
defensa de un territorio y de una de organización social particular
que luego se convirtieron y adquirieron las características de
movimiento de autodefensas que fueron el principio de una respuesta
militar a la acción del estado. Se trato de claros intentos de unir
la violencia política con la comunitaria, o aquella en la cual se
oponía una comunidad a un enemigo calificado como opresor, buscando
de esa manera transformarse en acción revolucionaria y política. La
guerrilla se entretejieron de forma paralela con distintos fenómenos
locales y regionales. La FARC nació de los conflictos agrarios de
Sumapaz y el Tequendama a partir de los años veinte y treinta, en
la lucha por la posesión de la tierra y el valor del jornal de las
tierras cafeteras.
Durante
las décadas de 1930 y 1940 se produce la lucha entre las élites
liberales y Conservadoras, apoyadas
por los procesos de modernización e industrialización promovidos
por el gobierno Liberal de Olaya Herrera y que persistían en el
desarrollo del modelo hacendado, (haciendo uso de la violencia como
instrumento) durante el periodo se quiso fortalecer los vínculos
familiares y sociales
a
través del odio y el resentimiento, las lealtades hereditarias, que
se fundo en el compadrazgo y el gamonalismo, fue una red asociativa
que unió a estamentos de una población donde la herencia de la
encomienda y de la hacienda dejo huellas profundas, se iniciaron
luchas reivindicatorias entre campesinos, promovidas y alentados
desde los altos niveles del liderato político y eclesiástico; con
el cual se muestra el grado de autoritarismo ejercido sobre la
población.
La
violencia desatada en 1948; fue aprovechada
por los partidos tradicionales vigentes
en Colombia; y de mejor manera para perpetuasen en el poder y
demostrar lo que había hecho la izquierdas; de sus propias extrañas
salieron los autores materiales de este vil asesinato; cometido por
la derecha Colombiana.
El
socialismo y
todo lo que fuese comunismo,
volvió a ser algo prohibido, hasta
peligroso en la integridad de sus vidas
y los intelectuales que quedaron vivos se fueron al extranjero o se
sumieron en un auto-exilio
interior.
En
cualquier caso no fue una época de avance ideológico sustancial;
por el contrario, se luchó escasamente por sobrevivir. Algo similar
ocurrió con el estudio de las ciencias sociales, las artes y la
difusión intelectual en general. Una de las pocas excepciones en
esta época oscura fue la revista Mito,
la cual sin identificarse políticamente logró difundir ideas
críticas, además de nuevos valores estéticos. También por esos
años se creó un efímero Partido Socialista que contó en sus filas
a Antonio García y Luis Emiro Valencia y
el terror de las derechas causó
miedo y muchos militantes claudicaron lo mismo que sus dirigentes.
Con la vieja idea de un programa reformista basado en la
nacionalización de la banca y algunos sectores oligopólicos,
adocenado de anticomunismo, apoyó a la dictadura de Rojas Pinilla
hasta el final. Esto último hizo perder credibilidad a su propuesta
entre las gentes de izquierda.
El
Partido Comunista Colombiano inició sus actividades como un partido
declarado leninista, rígidamente organizado y centralizado. La
unificación ideológica del partido comunista en la que se embarcó
implicó sacrificar previas tradiciones pluralistas a las que atacó
con crudeza. Muchos de los socialistas alejados de los comunistas que
por diversos motivos no comulgaban con las orientaciones de Moscú
quedaron por puertas y conformaron inestables grupos que intentaron
disputar el control de los escasos sectores inconformes de la
sociedad colombiana.
Los
hubo más intelectuales del Socialismo como Vanguardia Socialista de
Gerardo Molina y Diego León Córdoba. Los hubo también más
pragmáticos como la misma UNIR de Gaitán, o el Partido Agrario
Nacional de Erasmo Valencia, quien tenía sus reales por la zona de
Sumapaz. En estos casos el socialismo seguía vivo como una doctrina
ecléctica, aunque con evidentes simpatías hacia la causa soviética.
Nuestro
país no fue una excepción en este proceso. A estas condiciones
internacionales se agregaron particularidades nuestras como el cierre
político, la exclusión de la oposición y el descuido de lo social
por parte del régimen bipartidista. En ese contexto se gestó la
"nueva izquierda" que renegaba del modelo ruso y de la
ortodoxia comunista. La vía de la revolución ya no pasaba por las
elecciones sino por las armas; el actor fundamental ya no era el
proletariado urbano sino el campesinado, aunque muchos de sus
militantes provenían de las capas medias, descollando el
estudiantado universitario. Fue en ese momento cuando el marxismo
tuvo mayor difusión en el país, aunque aún se hallaba muy
concentrado en el mundo académico y
los Socialistas quedaron marginas por muchos años.
Las
universidades, especialmente las estatales, iniciaron por esos años
programas curriculares en diversas disciplinas comunistas sociales
en las cuales el pensamiento crítico de Marx tuvo tal acogida que
llegó a ser paradigmático. Por primera vez se leyeron los textos
fundamentales de los pensadores socialistas y se presentaron debates
públicos en los que aún brillaba la retórica ideológica.
En
términos de ideas socialistas, desde esos años hasta la caída del
muro de Berlín no ha habido innovaciones fundamentales, salvo los
intentos de salidas nacionalistas, con cierto dejo populista, o los
fracasados intentos de socialismo democrático que buscaba competir
en la arena política con los partidos tradicionales. La salida
guerrillera, cada vez más alejada del ideario socialista y más
concentrada en el poder local, cuando no en rencillas irracionales,
se desdibuja políticamente cada vez más.
En
cualquier caso, ante los grandes retos que hoy coloca la
globalización y el desarrollo sin equidad, la crisis demográfica
mundial, la catástrofe ecológica y la participación de las
mayorías, nuestra izquierda tiene nuevas propuestas para las nuevas
generaciones. Después del derrumbe del capitalismo brutal el tipo de
gobierno neoliberal quedo sin horizonte.
Las
personas vuelven a mirar al
socialismo real como
una ideología
viable
para un mundo cambiante
que se
sustentaba, mas sobre la equidad, la
fraternidad, la
democracia pura
y la viabilidad de un desarrollo sostenible de
igualdad de oportunidades para todos.
Esas preocupaciones que no difieren de las formuladas en el siglo XIX
por los pensadores sociales, son las canteras de las que surgen las
"nuevas" ideas socialistas, interesadas más en gestas
cotidianas por una sociedad más justa que en proyectos estratégicos
de toma del poder. Podemos
finalizar que la palabra SOCIALISTA
ha sido maltratada y manipulada por los partidos tradiciones de
Colombia para mantener el poder del estado en sus manos, la acusan
de ser la causante de la guerrilla, de la violencia en Colombia. La
reglas de las derechas es que todo lo que suene a izquierda y
socialismo hay que desprestigiarlo de cualquier manera por medios
como:
la prensa, por denuncias penales y todo lo malévolo que se puedan
poner en su contra. Pero el Socialismo reinará para que exista la
fraternidad en el mundo.